Elvira Santiago y Carmen Rodríguez, investigadoras del CISPAC

“El discurso del ‘terrorismo incendiario’ evade las causas estructurales de los incendios forestales”

Los megaincendios de este verano en España evidencian no solo los efectos del cambio climático, sino también la desinformación que desvía el foco de las causas reales. Hablamos con Elvira Santiago y Carmen Rodríguez, de la Universidad de A Coruña, sobre cómo estos discursos simplifican y distorsionan el problema.

Elvira Santiago y Carmen Rodríguez
Elvira Santiago y Carmen Rodríguez, profesoras de la Universidad de A Coruña. / Fotos cedidas por las autoras

El cambio climático, las altas temperaturas y la sequía alteran el comportamiento de los fuegos y dan lugar a los grandes incendios forestales o incendios de sexta generación, que arrasan extensiones mucho más amplias que los de décadas precedentes y son prácticamente imposibles de extinguir con los medios técnicos disponibles.

Este verano está siendo prueba de ello con los megaincendios que asolan varios puntos de España. Además, en torno a ellos ha surgido un amplio movimiento de desinformación y mensajes simplificados que favorecen la creación de bulos y la evasión de responsabilidades.

Hablamos sobre ello con Elvira Santiago y Carmen Rodríguez, profesoras de la Universidad de A Coruña, que forman parte del equipo multidisciplinar del Centro de Investigación Interuniversitario de los Paisajes Atlánticos Culturales (CISPAC) y del proyecto MITIGACT de prevención, gestión y recuperación de desastres ambientales.

Santiago estudia cómo enfrentarnos a riesgos naturales —desde incendios forestales hasta la pérdida de especies— y cómo diseñar políticas de seguridad eficaces en Europa. Por su parte, Rodríguez pone el foco en Galicia, donde analiza los conflictos socioambientales, el valor del conocimiento local y la memoria colectiva que se teje en torno al territorio.

¿Cómo influyen los bulos en la percepción pública de la gestión de incendios y la confianza en las instituciones?

E.S. Los bulos se difunden muy rápido en contextos de alta sensibilidad social como lo son las situaciones de catástrofe ambiental. Parten de elementos reales o verosímiles, que se descontextualizan, se exageran o se combinan con afirmaciones falsas confundiendo a la población.

C.R. Polarizan el debate y afectan a la percepción pública al generar desconfianza hacia las instituciones encargadas, en este caso, de la gestión forestal y de emergencias.

¿Y en concreto en este contexto de megaincendios en España?

E.S. En esta crisis de los incendios forestales de 2025 sucede que la confianza en las instituciones políticas se encuentra mermada. La situación de crispación política e intereses dispares, en un contexto en el que los medios de comunicación tienen un amplio alcance, hace que las noticias en ocasiones surjan de la opinión y no de los datos.

Se ha producido un bucle de falsedades: el clima de desconfianza previo facilita la propagación de bulos, y estos incrementan dicha desconfianza y la desafección preexistente

Carmen Rodríguez

¿De qué forma se pueden neutralizar?

C.R. Se ha producido un bucle de falsedades: el clima de desconfianza previo facilita la propagación de bulos, y estos incrementan dicha desconfianza y la desafección preexistente. Para romperlo resulta esencial una comunicación transparente, fiable, empática, basada en hechos reales y probados.

¿Qué consecuencias tiene divulgar estas falsedades en la toma de decisiones tras el desastre?

E.S. Estos discursos simplistas desvían la atención de la base real del problema y dificultan su resolución. Se desatienden las otras dimensiones del conflicto, como las carencias en la inversión en prevención, la fragmentación de la propiedad forestal o las debilidades de las políticas de gestión del territorio.

Estos discursos simplistas desvían la atención de la base real del problema y dificultan su resolución

Elvira Santiago

¿Se relacionan con estigmas hacia las comunidades rurales o con discursos que responsabilizan erróneamente a ciertos grupos?

E.S. Se refuerzan los prejuicios sociales. Es común que en la búsqueda de responsabilidades se culpe a los propietarios rurales de no limpiar apropiadamente sus fincas, o a profesionales de la ganadería y la agricultura por hacer un mal uso del fuego como herramienta de trabajo. También a las personas mayores por sus reticencias a adaptarse a las nuevas normativas.

Precisamente uno de los bulos más extendidos es la supuesta prohibición de desbrozar los montes. ¿Cómo explican que se difundan incluso entre la población que está obligada a ello?

C.R. En Galicia, la limpieza de parcelas forestales es obligatoria, especialmente en las franjas a 50 metros alrededor de viviendas, urbanizaciones o instalaciones industriales. El plazo para realizar estos desbroces termina cada año el 31 de mayo y en caso de incumplimiento se procedería a la ejecución subsidiaria y a la aplicación de multas.

La ley no tiene en cuenta para su desarrollo las características de la propiedad en Galicia, ni proporciona o facilita los medios para cumplirla

Elvira Santiago

E.S. El problema no está en sí en la normativa, sino en las dificultades para su cumplimiento en un doble sentido: la ley no tiene en cuenta para su desarrollo las características de la propiedad en Galicia, ni proporciona o facilita los medios para cumplirla.

¿Cuál es el trasfondo de esta problemática de mantener las fincas ‘limpias’?

E.S. Esta norma desatiende las dificultades que enfrenta la población rural, envejecida y dispersa, que no siempre cuenta con los medios físicos ni económicos para cumplir dichas obligaciones. Esto se suma a la escasez de servicios de limpieza accesibles y a los trámites burocráticos.

C.R. La situación abre una brecha entre la normativa y la capacidad real de actuación que genera frustración y facilita la propagación de bulos. Se afirma que ‘no se puede limpiar’ en lugar de debatir sobre las condiciones sociales del territorio.

Otro bucle, son víctimas de los incendios y una población envejecida sobre la que se vuelca la responsabilidad…

C.R. Los discursos en torno a este tema simplifican una realidad que es muy compleja, culpabilizando a sectores y grupos especialmente vulnerables que enfrentan grandes dificultades estructurales como el envejecimiento, la despoblación o el acceso a los servicios públicos.

Nos resulta sencillo dar forma a la amenaza externa como un enemigo común, un ‘villano’ con malas intenciones, un ‘otro’ responsable de la catástrofe

Carmen Rodríguez

También ha vuelto a salir a la palestra el ‘terrorismo incendiario’, un bulo ampliamente difundido en los grandes incendios de Galicia en 2006. ¿Por qué creen que se ha retomado?

E.S. Es un concepto que tiene una fuerte carga emocional que busca sensibilizar a la población ante la gravedad del problema y a través del que se evade o se diluye la causalidad estructural detrás de los incendios forestales. Es un discurso ampliamente aceptado al vincular los incendios a una acción deliberada y organizada. Una amenaza externa que en nuestro imaginario nos resulta sencillo dar forma como un enemigo común, un ‘villano’ con malas intenciones, un ‘otro’ responsable de la catástrofe.

C.R. Al vincular los incendios a conspiraciones o intereses ocultos se desvía la atención de los retos que supone la prevención, gestión forestal o la adaptación al cambio climático.

¿Qué dicen las estadísticas sobre las causas de los incendios?

E.S. Las estadísticas oficiales muestran que del conjunto de incendios que tienen su origen en la actividad humana, bien sea por accidente, malos usos o causas intencionadas, solo una pequeña proporción se puede atribuir a una intención incendiaria. Este discurso del terrorismo incendiario desatiende los problemas de la falta de medidas de prevención eficaces, o de revisión de las políticas de desarrollo territorial.

El discurso de la despoblación y el abandono, que destaca las causas indirectas de los incendios forestales, desvía igualmente la atención

Carmen Rodríguez

¿Existe también el peligro de centrar las causas en el ‘abandono’ de lo rural?

C.R. El discurso de la despoblación y el abandono, que destaca las causas indirectas de los incendios forestales, desvía igualmente la atención. Lo enfoca únicamente como un problema demográfico sin cuestionar el modelo forestal, los intereses económicos o el impacto de las condiciones meteorológicas y climáticas. 

E.S. Ambos discursos se han retomado de forma enfrentada, polarizan el discurso y nos dotan de cierta orientación política, al dificultar nuevamente el entendimiento necesario para la búsqueda de soluciones condensadas y eficaces.

Las imágenes de personas que lo han perdido todo, con pueblos desaparecidos bajo las llamas y de miles de hectáreas quemadas, nos han sobrecogido. ¿Qué papel tienen los mensajes emotivos en una tragedia como esta?

E.S. Aquellos en los que se entrevista a la población que ha perdido sus casas, o a personas que llevan días o incluso semanas luchando contra el fuego se busca sensibilizar al conjunto de la población sobre la gravedad del problema. Sin embargo en ocasiones, la ‘espectacularización’ de la catástrofe, si es exagerada, acaba por obstaculizar la reflexión e incluso la cooperación, al alimentar la crispación y desviar la atención nuevamente de las causas estructurales del problema.

Las condiciones climáticas extremas no encienden por sí solas el fuego, pero crean las condiciones ideales que facilitan su propagación y aumentan su virulencia

Carmen Rodríguez

¿Se vuelve a simplificar el problema?

E.S. Los mensajes simplificados colaboran a la creación de bulos y a la evasión de responsabilidades. No consiguen favorecer el diálogo y el entendimiento entre actores implicados (población, brigadas, personal técnico, administraciones), sino que se fragmenta el tejido social para aumentar la desconfianza entre ellos.

C.R. Este razonamiento ignora que la intencionalidad y las condiciones climáticas interactúan y no son excluyentes. Las condiciones climáticas extremas no encienden por sí solas el fuego, pero crean las condiciones ideales que facilitan su propagación y aumentan su virulencia, con independencia de que se trate de un accidente o de que exista una mala intención.

Fuente:
SINC
Derechos: Creative Commons
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