Este trabajo, en el que ha participado un investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, señala que utilizar de forma temprana y excesiva los dispositivos digitales en la infancia puede mejorar ciertas habilidades cognitivas, pero también conlleva riesgos como la reducción de la atención y aptitudes sociales.
Un equipo científico formado por investigadores procedentes de varias universidades nacionales e internacionales ha analizado de forma exhaustiva la relación entre el uso de dispositivos digitales y el desarrollo cognitivo en la infancia, ofreciendo una síntesis integral del conocimiento actual.
A través de una búsqueda rigurosa en bases de datos académicas, en el trabajo se han analizado los efectos positivos y negativos de las tecnologías digitales en funciones cognitivas, desarrollo cerebral y resultados conductuales.
En el mismo, se destacan mecanismos psicológicos y neurofisiológicos que explican cómo estos dispositivos influyen en el cerebro, particularmente en el control cognitivo y la toma de decisiones.
Con los resultados obtenidos se proporcionan recomendaciones prácticas para padres, educadores y responsables de políticas, con objeto de promover prácticas digitales óptimas que mejoren el desarrollo cognitivo al tiempo que protejan contra posibles daños.
En la investigación que se ha llevado a cabo ha participado Ismael Martínez Guardado, miembro del Grupo de Investigación del Laboratorio de Fisiología del Esfuerzo de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). También han formado parte del equipo de trabajo investigadores de la Universidad Europea, la Universidad de Nebrija y la UNIE, así como la colombiana Universidad de la Costa (CUC).
Las conclusiones del estudio muestran que el impacto del uso de dispositivos no es uniforme, ya que factores como edad, género y nivel socioeconómico pueden modular sus efectos.
Por ejemplo, mientras ciertas tecnologías pueden mejorar funciones ejecutivas y el rendimiento académico al fomentar la participación y motivación de los estudiantes, su uso desmedido puede generar distracciones, afectar el enfoque y reducir el rendimiento.
Otros efectos negativos incluyen la disminución de la atención sostenida, interrupciones en los patrones de sueño y, en casos extremos, comportamientos disruptivos.
Por otro lado, en cuanto a la cognición social, se observa una dualidad: los dispositivos digitales pueden favorecer la colaboración y la empatía, pero también pueden provocar aislamiento social y dificultades en la interacción cara a cara.
Además, el uso excesivo de medios digitales puede obstaculizar habilidades como el lenguaje y la resolución de problemas, mientras que un uso controlado e intencionado puede fomentar la creatividad y habilidades cognitivas específicas.
El trabajo también resaltó la importancia del contenido digital y la mediación parental. El involucramiento de los padres, junto con interacciones de calidad, resultan fundamentales para moderar los impactos negativos y potenciar los beneficios educativos de la tecnología.
En conclusión, “los dispositivos digitales ofrecen oportunidades valiosas para el desarrollo cognitivo y educativo, pero su uso debe ser cuidadosamente regulado para evitar efectos adversos en el desarrollo cognitivo, psicológico y social de los niños. Sin embargo, se requiere más investigación para comprender a largo plazo sus impactos y para formular directrices que promuevan una integración saludable de la tecnología en la vida infantil”, indican los investigadores.
Referencia:
Vicente Javier Clemente-Suárez et al. "Digital Device Usage and Childhood Cognitive Development: Exploring Effects on Cognitive Abilities". Children