Bonaventura Clotet durante la ponencia. / UPF
Para la producción de una vacuna o de un antiviral se necesitan de 10 a 15 años desde el diseño experimental hasta que el producto sale al mercado. Por ello, el equipo de Cristina Risco (Madrid, 1963), investigadora del Centro Nacional de Biotecnología, busca en fármacos ya existentes y usados en humanos una solución rápida para combatir el chikunguña y otras inminentes infecciones para las que no existe tratamiento preventivo ni paliativo.
Cristina Risco en su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). / SINC
La Organización Mundial de la Salud ha propuesto nuevas líneas de actuación para combatir el VIH y prevenir infecciones. La importancia de estas pautas radica en que amplía los grupos poblacionales a los que aplicar una terapia antirretroviral. A partir de ahora, personas de cualquier rango de edad podrán someterse a este tratamiento. Estas medidas evitarían 21 millones de muertes y 28 millones de nuevos infectados para 2030.
Los compuestos orgánicos persistentes son sustancias químicas que se pueden producir de forma natural en el medio ambiente, pero en su mayoría provienen de la actividad humana. Un nuevo estudio alerta de los problemas de la exposición durante el embarazo a algunos de estos compuestos: mayor riesgo de nacer con bajo peso, especialmente si las madres habían fumado durante la gestación.
La leishmaniasis afecta, en sus diferentes variedades, a más de 1,5 millones de personas cada año en 98 países. Mata en su forma visceral, y desfigura a los enfermos en la cutánea. Expertos como Jorge Alvar, jefe del programa de leishmaniasis de la organización Drugs for Neglected Diseases initiative (DNDi), han logrado disminuir los casos en el sudeste asiático, pero la guerra y las oleadas de refugiados en países africanos podrían provocar un repunte de esta enfermedad, de la que aún no existe vacuna en humanos.
Jorge Alvar, durante su visita a Madrid esta semana. / Olmo Calvo (Sinc)
Las caries y las enfermedades de las encías siguen siendo los principales problemas bucodentales de los niños de entre 6 y 12 años, pero la prevalencia de estos problemas es mucho menor que en décadas pasadas. Un nuevo trabajo de las universidades de Salamanca y Granada, que contó con más de 2.000 participantes, sostiene el buen estado de salud oral de los escolares españoles, probablemente, por la popularización de las medidas de higiene y de dietas más adecuadas.