Un nuevo estudio ha identificado en el fondo del mar de Alborán un cuerpo de sedimentos, protegido por un volcán submarino, que podría haberse originado durante la gran inundación que rellenó la cuenca mediterránea a través del estrecho de Gibraltar hace 5,3 millones de años. Este hallazgo apoya la hipótesis de la megainundación, pero las evidencias siguen sin ser concluyentes, advierten los científicos.
Gracias a la técnica de datación por Resonancia Paramagnética Electrónica, un grupo de científicos españoles ha realizado los primeros análisis exhaustivos sobre la falla activa de Daroca, situada en la cordillera ibérica. Los resultados muestran que esta falla se mueve más lento de lo que se pensaba, pero podría provocar terremotos de hasta una magnitud de 7.
Un equipo del Instituto de Astrofísica de Canarias, en colaboración con la Universidad de Cambridge y la Universidad de California en San Diego, ha detectado grandes cantidades de oxígeno en la atmósfera de una estrella primitiva descubierta en 2018.
Científicos de la Universidad de Curtin en Australia han descubierto que el primer impacto que se conoce de un asteroide, que formó el cráter Yarrabubba, ocurrió al oeste de Australia hace 2.229 millones de años, coincidiendo con el final de una glaciación global conocida como ‘Tierra bola de nieve’.
El Gobierno ha declarado hoy la emergencia climática y ambiental en respuesta al consenso generalizado de la comunidad científica, que ante el cambio climático reclama una acción urgente para proteger el medio ambiente, la salud y la seguridad de las personas. Treinta líneas de acción serán desarrolladas para hacer frente a la crisis climática.
Hasta ahora se conocían los efectos negativos de las sustancias con cloro o bromo sobre la capa de ozono, pero un nuevo estudio internacional, en el que han participado investigadores del CSIC, apunta un tercer elemento: el yodo, cuyas emisiones desde el mar están aumentando. Las medidas se han tomado en la estratosfera con un avión del National Center for Atmospheric Research de EE UU.
El calentamiento global y la actividad humana están debilitando las barreras de aislamiento en la Antártida. Como consecuencia, varias especies invasoras las superan y llegan a territorios hasta ahora insospechados. Una de ellas es el llamado “mosquito sin alas”, cuyas densidades alcanzan los cientos de miles por metro cuadrado en la isla de Signy, lo que la convierte en una máquina transformadora del medio.
Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC han desarrollado un modelo conceptual que permite conocer con antelación el comportamiento de los grandes terremotos en función de su profundidad y la rigidez de las rocas. También puede estimar el potencial de los sismos para generar tsunamis de una forma más precisa que con los métodos actuales.
Esquema explicativo del modelo y la formación de tsunamis. / ICM-CSIC
V.Sallarès, C. R. Ranero/Nature