Las predicciones actuales de los modelos climáticos asumen que podría darse un verano sin hielo en el Ártico en las siguientes décadas. En la foto, preparación de sensores para mediciones en el hielo marino./ Karl Attard, NIOZ | Alfred Wegener Institute.
Una investigación publicada en Science, en la que participan dos investigadoras del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona, demuestra por primera vez que el calentamiento global y los cambios físicos que comporta causan alteraciones en el ecosistema del Ártico Central más rápidamente de lo que se pensaba, desde la superficie a las profundidades.
Un equipo de investigadores en el que participa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha presentado un modelo númerico para reproducir el clima global y conocer el caudal de la corriente oceánica denominada termohalina. El trabajo, que se publica en la revista Nature Geoscience y sirve para reconstruir eventos climáticos del pasado, asegura que hace entre 18.000 y 14.600 años dicha corriente prácticamente se detuvo.
El miércoles 13 de febrero, a las 13 horas, el Aula Magna de la Facultad de Biología conectará en directo por videoconferencia con el equipo de la investigadora Conxita Àvila, profesora del Departamento de Biología Animal de la UB y jefa del proyecto de investigación antártico Actiquim-II, que durante el verano austral está desplazado en la base antártica Gabriel de Castilla, instalada en la isla Decepción, en el archipiélago de las Shetland del Sur (península Antártica).
Investigadores del Instituto iTEAM de la Universidad Politécnica de Valencia y biólogos del Oceanogràfic han diseñado un nuevo sistema que permite detectar, grabar y clasificar los sonidos de diferentes especies marinas. El dispositivo se ha denominado Samaruc y contribuirá a la protección del entorno marino y del medio ambiente.
Las especies sufren una evolución que está condicionada por los cambios en su comportamiento. La revista Proceedings of the Royal Society B publica un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que ha analizado cómo las palomas que pasan de estar en el suelo a estar en los árboles, evolucionan en busca de morfologías afines a ese medio.
Los mamíferos pueden ver y oír en estéreo, ¿pero también oler? Un nuevo estudio prueba que los topos, mediante los orificios de la nariz, reciben señales bilaterales esenciales para detectar y localizar los olores.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha evaluado la robustez de las cadenas tróficas polares frente a posibles impactos climáticos. Según sus conclusiones, el ecosistema ártico es más vulnerable al efecto de cascada trófica porque cuenta con mayor número de depredadores.