Hace ya más de cinco décadas que un estudio en Science alertaba de la presencia de pequeñas bolitas de plástico desperdigadas por aguas marinas. Igual que en el vertido que ahora afecta al norte de España. Repasamos la contribución de la ciencia en la respuesta a la emergencia y este problema de fondo que impacta en los ecosistemas y en la salud humana.
Un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana ha concluido que, gracias a este intercambio genético, el lince ibérico tendría más diversidad genética ahora que hace 4.000 mil años. El trabajo es fundamental en un escenario actual en el que la viabilidad genética de este felino aún no está garantizada, afirman los autores.
El nombre del género hace referencia a la ciudad de Madrid (fundada como Magerit) seguido de felis (“gato” en latín) y el de la especie, al paleontólogo francés Stéphane Peigné que colaboró en su descripción, liderada por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Los fósiles de hace más de 15 millones de años de este felino se encontraron bajo la estación de Príncipe Pío de la capital.
El vertido de pélets en las costas de Galicia tendrá, sin duda, negras consecuencias sobre la industria pesquera española. Aunque se pueda argumentar que ese sector puede no verse afectado, parece seguro que sí perjudicará la economía de pescadores y mariscadores.
La localidad de Grindavik en Islandia ha sido evacuada por segunda vez debido a la expulsión de magma, que ya ha engullido varias casas. Los servicios de rescate se encuentran en la zona supervisando la situación que amenaza al área industrial de esta población.
Varios estudios liderados por el grupo EOMAR de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han constatado, a través de muestreos realizados en varias islas, la presencia de vertidos de pellets desde hace años en el Archipiélago por la influencia de las corrientes marinas.
La mala conservación de los humedales ha llevado a que apenas queden 40 machos territoriales de esta especie en lugares tan amenazados como Doñana, las Tablas de Daimiel o los Aiguamolls de l’Empordá.
Un estudio internacional liderado por el CREAF determina que la biodiversidad del sotobosque europeo se ha mantenido estable en los últimos 40 años, aunque ha habido extinciones y nuevas aportaciones a escala local. Brezos, leguminosas y orquídeas han perdido especies. Sin embargo, amarantas, juncias y rosas las han ganado.
La dificultad para adaptarse a los cambios ambientales supuso la desaparición de un simio gigante que vivió en lo que hoy es China. De esta forma, la especie Gigantopithecus blacki no logró sobrevivir mientras otros primates sí lo hicieron.
Dorthe Dahl-Jensen, Jean Jouzel, Valérie Masson-Delmotte, Jakob Schwander y Thomas Stocker comprobaron, a través del análisis de hielo en la Antártida y Groenlandia “la conexión fundamental” entre las concentraciones de gases como el CO2 y la variación de la temperatura a lo largo de los últimos 800.000 años, según destaca el jurado.