Escondidas en las poco exploradas islas de la región natural de Wallacea, un equipo de científicos ha descubierto cinco especies y cinco subespecies de aves. Se trata del primer hallazgo con el mayor número de aves identificadas en una región tan pequeña en más de un siglo.
¿Cómo detecta el flamenco la lluvia a cientos de kilómetros? ¿Qué experimenta un pingüino al zambullirse en el Antártico? ¿Se entristecen las aves por la muerte de sus parejas? ¿Tienen orgasmos? A estas y otras fascinantes cuestiones responde el libro de Tim Birkhead que recoge el conocimiento más actualizado sobre el aparato sensorial aviar.
Un correlimo durante el experimento realizado. / Jorge Sánchez Gutiérrez
La bajada de temperaturas en las noches de invierno puede suponer un gran gasto energético para las aves, por eso emplean diferentes mecanismos para termorregularse. Un equipo de científicos ha descubierto que los correlimos comunes, protagonistas de #Cienciaalobestia, ahorran energía con la ingesta de alimentos antes de irse a dormir.
El periodo reproductor de algunas aves marinas de diferentes regiones del Ártico se está adelantando como consecuencia del aumento de temperaturas que causa el cambio climático. Así se desprende de un artículo publicado en la revista Global Change Biology, que cuenta con la participación de Francisco Ramírez, científico de la Universidad de Barcelona.
Un equipo internacional de investigadores ha calculado que 5.579 especies animales están siendo explotadas en el mercado de vida salvaje. Los expertos también han previsto que otras 3.196 especies podrían estar en riesgo de una futura mercantilización.
Un estudio tafonómico liderado por la investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, Ruth Blasco, presenta evidencias de que las aves no solo fueron aprovechadas como alimento, sino también por sus plumas durante el Pleistoceno medio.
El estrecho de Gibraltar es un lugar de migración por cielo y mar. Miles de pájaros se reúnen allí para cruzar el océano hacia África. Torres eléctricas y molinos eólicos salpican el paisaje y dificultan su vuelo. Otra amenaza que no se percibe a simple vista, la del calentamiento global, está cambiando las rutas y la vida de estas especies.
En las últimas cinco décadas, EE UU y Canadá han experimentado un declive masivo de poblaciones de cientos de especies de aves. Gracias a los datos recopilados a largo plazo en programas de monitorización, un equipo de científicos ha determinado que estas se han reducido en un 29 %, lo que corresponde a 2.900 millones de aves desde 1970, sobre todo por los impactos antropogénicos.