Un estudio publicado hoy en la revista Nature, en el que participa la Universidad de Alcalá, echa por tierra la suposición común de que los árboles ralentizan su tasa de crecimiento a medida que envejecen y se hacen más grandes. Por el contrario, su desarrollo continúa acelerándose con el tiempo, incrementando asimismo su capacidad de acumulación de CO2.
Un grupo internacional de investigadores, liderado por la Universidad de Cádiz, ha utilizado una innovadora metodología para estudiar la biodiversidad de la Bahía de Cádiz. El movimiento natural del agua ha sido la clave para explicar su rica y variada vegetación marina.
Los premiados junto al director de la FBBVA, Rafael Pardo. / FBBVA
Un estudio, que publica la revista Science, ha identificado las áreas protegidas más importantes para prevenir la extinción de los mamíferos, aves y anfibios más amenazados del mundo. Se han reconocido como ‘excepcionalmente insustituibles’ 78 de estos lugares, que comprenden 137 áreas protegidas en un total de 34 países.
Investigadores del CSIC han estudiado la relación de la temperatura con el estrés de la especie por este ácido. El calentamiento promueve la descomposición de materia orgánica, lo que favorece la acumulación del sulfhídrico.
Un estudio del CSIC sugiere la necesidad de reformular el sistema tradicional de clasificación taxonómica según parámetros físicos. El análisis del ADN de cinco especies de invertebrados ha revelado que los resultados de este método de tipificación no se correspondían con los valores reales de biodiversidad.
Un estudio del del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos propone una nueva herramienta para mejorar la eficiencia en la gestión de la conservación. El método se basa en agrupar entidades ecológicas sometidas al mismo tipo e intensidad de amenazas.
Un nuevo estudio sobre la biodiversidad marina a escala mundial revela la existencia de puntos de alta diversidad funcional en aguas templadas. Hasta ahora, estos denominados puntos calientes o hotspot de biodiversidad se basaban exclusivamente en la cantidad de especies que albergan las aguas y se habían localizado en las zonas tropicales del planeta.
Instituciones estadounidenses e inglesas han identificado las regiones del mundo donde es necesario aumentar las áreas de protección de la biodiversidad para cumplir con los objetivos del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Para el 2020, una de sus metas es que el 17% de la superficie de la Tierra sea zona protegida y se conserve el 60% de las plantas endémicas.