Investigadores de la Universidad de Murcia han puesto en marcha una web que permite recolectar fácilmente datos relevantes de la situación de la COVID-19 en España provenientes de distintas fuentes de datos oficiales, unificados y comparados gráficamente.
José Antonio Peñas (SINC)
La vuelta gradual a la nueva normalidad supone más contacto con el exterior, sobre todo con familiares y amigos. Pero el riesgo de rebrotes sigue en el aire. Los expertos advierten sobre las actividades sociales con mayor riesgo y piden evitar espacios cerrados con mucha gente, mantener la distancia física y llevar mascarillas.
El 80 % de todas las infecciones podría proceder de un 10 % de todos los positivos. Si la pandemia depende tanto de los puntos calientes de la transmisión, esa es su debilidad. Una estrategia eficaz contra los rebrotes sería concentrar el esfuerzo en evitar esos focos. Antes hay que aprender a predecirlos, claro.
La encuesta Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento muestra como un 81,52 % de los participantes es consciente del mayor riesgo que tiene fumar con el agravamiento de los síntomas por COVID-19. Los resultados revelan que un 6,73 % de los fumadores ha dejado el hábito y un 5,98 % ha reducido su consumo estos meses.
El uso de guantes, máscaras, batas, y otros equipos de protección individual ante el SARS-CoV-2, además de envases, mamparas y bolsas se ha disparado, y con ellos la fabricación de plástico. Ante el miedo al contagio, este material de usar y tirar, que a partir de 2021 iba a sufrir mayores restricciones de uso en muchos países, resurge para protegernos, pero pone en riesgo la salud del medio ambiente.
Un estudio internacional con datos de más de 900 pacientes de hospitales de España, Canadá y Estados Unidos indica que la tasa de letalidad de enfermos de cáncer que también padecen coronavirus es del 13 %. Este dato es justo el doble que la establecida para pacientes que solo están infectados por el SARS-COV-2, que es del 6,5 % de acuerdo con los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Aunque cada día vamos conociendo más datos sobre el SARS-CoV-2, todavía quedan muchas incógnitas. Una de ellas son los contagios asintomáticos que parecen sufrir la tercera parte de los afectados. Un estudio realizado en un crucero que zarpó tras declararse la pandemia muestra que más de 8 de cada 10 pasajeros que dieron positivo no tuvieron síntomas.
Comer alimentos poco adecuados y la falta de actividad física durante la cuarentena ha tenido consecuencias en el estado metabólico que van más allá de lo estético: la obesidad es un factor de riesgo para la COVID-19, su prevalencia aumenta en personas con un nivel socioeconómico más bajo y afecta especialmente al desarrollo infantil. Ahora toca mitigar estos efectos colaterales de la pandemia.