Una colmena en un tronco hueco en Cévennes (Francia)./ Eric Tourneret
Los primeros agricultores que entraron en Europa hace unos 8.000 años procedentes de Oriente Próximo se expandieron por el continente siguiendo dos rutas distintas: una hacia Centroeuropa y otra hacia la península ibérica que sigue la costa mediterránea. Un equipo de científicos ha secuenciado el genoma de una mujer neolítica a partir de un diente datado en 7.400 años, y gracias a este nuevo genoma, han podido determinar que los agricultores de la ruta mediterránea y de la ruta interior son muy homogéneos y claramente derivan de una población ancestral común.
Un estudio de la Universidad del País Vasco, en siete tumbas megalíticas de La Rioja y Álava, sugiere que las poblaciones neolíticas excluían de los enterramientos a determinados individuos por criterios de edad y de sexo. El sesgo identificado afecta casi sistemáticamente a los niños menores de cinco años, pero también a ciertos adultos, sobre todo mujeres.
El hallazgo de tres arcos de madera de hace más de 7.000 años proporciona nuevos datos sobre el rol social de la caza, la especialización y el acceso a los recursos en las primeras sociedades campesinas. Los arcos, recuperados en el yacimiento de La Draga (Banyoles, Girona), son la evidencia más antigua de arquería neolítica en Europa.
Fragmento de radio de perro con marcas de corte. / IPHES
En la Cueva del Mirador en Atapuerca (Burgos), los humanos del Neolítico comieron especies poco consumidas en el resto de la Europa continental. Las marcas de corte y las mordeduras humanas en huesos de perro doméstico, gato salvaje, zorro y tejón demuestran que hace entre 7.200 y 3.100 años los Homo sapiens de Atapuerca no consumieron únicamente cabras, ovejas y vacas.
Investigadores españoles han presentado la primera caracterización de pigmentos negros utilizados en los refugios de la Cova Remigia en la Valltorta-Gassulla, entre el Alto Maestrazgo y la Plana (Castellón). La identificación de materia orgánica vegetal permite obtener dataciones absolutas con la técnica del carbono 14 y precisar el marco cronológico y cultural de las pinturas rupestres levantinas.
Un equipo de investigadores catalanes ha documentado gran cantidad de objetos ornamentales y herramientas para la elaboración de adornos en el yacimiento arqueológico de La Draga, en Girona. Las singulares condiciones de la excavación permiten además la recuperación de numerosos elementos de madera.
Un estudio liderado por las universidades de Barcelona (UAB) y York (Canadá) ha hallado evidencias de que los humanos prehistóricos tenían un conocimiento preciso de las plantas mucho antes del desarrollo de la agricultura. Tras extraer compuestos químicos y microfósiles de la placa dental calcificada de dientes antiguos, los investigadores han recabado información sobre su alimentación que incluía una planta, la castañuela o juncia real considerada hoy una mala hierba.
Un equipo de investigadores españoles ha secuenciado por primera vez el ADN mitocondrial de los primeros agricultores del Oriente Próximo. Los expertos han analizado muestras de tres yacimientos situados en la cuna de las primeras prácticas agrícolas del Neolítico: el valle medio del Éufrates y el oasis de Damasco, situados en el territorio actual de Siria y datados hace unos 8.000 años antes de Cristo.