Investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana han llevado a cabo un estudio sobre la eficacia de la recolección de bellotas por las poblaciones humanas del Pleistoceno en la Sierra de Atapuerca (Burgos). La investigación demuestra que el consumo ciertos vegetales resultaba más eficiente desde el punto de vista energético que el aprovechamiento de recursos animales.
Tras el proceso de separación del linaje del chimpancé, hace unos seis millones de años, nuestros antepasados más directos se especializaron de forma diferencial para explotar los recursos alimentarios en ambientes muy diversos. Según un estudio liderado por la Universidad de Barcelona, la dieta de nuestros antepasados más remotos, los homininos, fue más rica y variada de lo que se pensaba hasta ahora.
El estudio genético de 240 cangrejos de río de la península ibérica revela que su presencia en nuestros ríos se remonta al Pleistoceno Superior, hace entre unos 25.000 y 50.000 años. La investigación, realizada por científicas de la Universidad Complutense de Madrid, muestra que en la península ibérica existen dos grupos genéticos diferenciados, uno en la zona norte y otro en el centro.
El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos ha iniciado una nueva línea experimental con carnívoros salvajes para caracterizar las modificaciones causadas por estos animales en yacimientos arqueológicos prehistóricos. La variedad de agentes y procesos que pueden actuar durante el proceso de formación de los yacimientos es amplia, pero los agentes biológicos acumuladores más relevantes son los homínidos y los carnívoros, según el estudio.
Los grandes carnívoros del Pleistoceno tenían entre su dieta a los homínidos. Un estudio liderado por el Museo Nacional de Historia Natural de Francia ha analizado las marcas de dientes de un fémur encontrado en una cueva de Casablanca (Marruecos) y ha hallado la primera evidencia de que eran cazadores y presa a la vez.
El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana participa en un trabajo que demuestra la presencia de grupos humanos con tecnología achelense en el centro de la península ibérica durante más de 600.000 años.
Investigadores españoles han participado en el análisis de la falange de un homínido de hace 1,9 millones de años. Aunque no se ha identificado la especie a la que pertenecía, sí se sabe que ya se había adaptado a la vida terrestre y realizaba el mismo tipo de tareas que los humanos actuales. Es, por tanto, el hueso más antiguo perteneciente a una mano considerada moderna por su morfología y funcionalidad.
El calentamiento de las temperaturas provocó a finales de Pleistoceno la desaparición de especies como el mamut. / Wikipedia
Un nuevo estudio revela que las grandes desapariciones de la megafauna hace entre 60.000 y 12.000 años se produjeron en los períodos de calentamiento del clima y no durante las grandes oleadas de frío, como se creía hasta ahora. Gracias a los análisis cruzado de ADN de restos fósiles con una nueva escala de temperaturas de la época, los científicos recalcan la importancia de los cambios meteorológicos, frente a la actividad humana, que influyó, pero en menor medida.
Un equipo de investigación español publica un trabajo puntero con las primeras dataciones numéricas para las terrazas fluviales más antiguas del río Alcanadre, en Huesca. Según los resultados, publicados en Quaternary Geochronology y que datan estos archivos fluviales en hace unos 800.000 años, la red fluvial actual en la cuenca del Ebro se inició hace 1,3 millones de años.