La Antártida es un laboratorio natural único que alberga formas de vida singulares y constituye el mejor termómetro del cambio climático. Los países más cercanos a la península antártica, Chile y Argentina, están especialmente interesados en tener una fuerte presencia. Estos días, en pleno verano austral, concentran el mayor número de científicos en la Antártida y buena parte de ellos habla español.
glaciares y montañas en el ocaso durante un vuelo de la operación IceBridge. / NASA
Las emisiones de gases de efecto invernadero influyen en mayor medida al deshielo que los cambios de la órbita de la Tierra, según un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Un equipo de científicos ha descrito los primeros casos del síndrome de la pérdida de plumaje en pingüinos de la Antártida. Esta enfermedad provoca la caída de las plumas de las crías, dejando la piel sin la protección contra el frío que proporciona el plumaje y provocando la muerte de los pollos.
Un grupo de investigadores estadounidenses ha encontrado a 800 metros de profundidad, bajo el hielo antártico, un verdadero vergel de vida microbiana que sobrevive en un ecosistema de total ausencia de luz y a temperaturas por debajo de los cero grados centígrados. El hallazgo tendrá implicaciones para la búsqueda de vida en ambientes extremos, tanto dentro como fuera de la Tierra.
Un equipo científico, con participación de la Universidad de Oviedo, está evaluando la incidencia del cambio climático sobre la Antártida mediante el estudio de las zonas deglaciadas. Estas áreas suponen solo un 4% de su territorio, pero tienen una biodiversidad única. Los primeros resultados muestran la rápida retirada del glaciar Rotch en las últimas décadas. También han revelado que más de un 17% de la península de Punta Elefante se formó entre 1956 y 2010.