Los europeos más antiguos que vivieron en Atapuerca tenían una dieta equilibrada de plantas y carne, pero las pruebas de la placa dental de una mandíbula de hace 1,2 millones de años indican que ingerían los alimentos crudos. Así lo confirma un estudio que avala la hipótesis de que el uso intencionado del fuego aún no se habría producido. Los científicos aportan una nueva cronología sobre el inicio del uso del fuego para cocinar alimentos.
El investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, Isidoro Campaña Lozano, ha publicado un trabajo en la revista Scientific Report en el que se describen todos los procesos de formación del nivel TD6 del yacimiento de Gran Dolina en Atapuerca, donde se descubrió Homo antecessor.
En una sociedad más informada que nunca, ¿cómo logrará la especie humana evitar los mismos errores que las civilizaciones que ya han colapsado? El paleontólogo e historiador Eudald Carbonell, que lleva toda su vida estudiando la historia de nuestra evolución, tiene la convicción de que para llegar a una verdadera humanización de la especie es necesario un pensamiento social crítico. Ahora mira hacia adelante en un nuevo documental, En busca del futuro perdido.
Un científico del Centro Nacional de Investigación de Evolución Humana, en Burgos, lidera tres estudios paleoneurológicos en los que se analizan los cráneos de Buia y Maba, encontrados en Eritrea y China, respectivamente, así como el estudio anatómico del parietal de Homo antecessor, hallado en España.
Los castores europeos convivieron con los primeros europeos en Atapuerca (Burgos) desde hace 1,4 millones de años, según demuestran los abundantes fósiles hallados por un equipo de la Universidad de Zaragoza. Sin embargo, no existen pruebas de aprovechamiento de la carne o la piel de estos animales por parte de los neandertales, como hicieron posteriormente los europeos hasta la Edad Media. El trabajo evidencia que estos animales no deberían tratarse como una especie invasora.
Geoarqueólogos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana han realizado un estudio sobre la extensión, profundidad y dirección de los yacimientos de Gran Dolina y Complejo Galería gracias a la técnica de Tomografía de Resistividad Eléctrica. Los investigadores han descubierto no solo la entrada al Complejo Galería a escasos dos metros al oeste del yacimiento de Covacha de los Zarpazos, sino también que la Gran Dolina continúa hacia el interior de la Sierra de Atapuerca pero solo por su parte superior.
Investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana han realizado un estudio de energética experimental para analizar la actividad del aprovisionamiento de materias primas de los homínidos de la Sierra de Atapuerca y evaluar la estrecha relación entre los distintos segmentos del cuerpo humano y la mayor o menor eficacia energética y biomecánica. Sus resultados indican que brazos más cortos, en este caso, materia prima para elaborar herramientas líticas, suponen un menor coste energético durante la actividad del transporte.
Gracias a una novedosa técnica de rayos láser, un equipo internacional de científicos dirigidos por la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto cambios en la dieta de los humanos de Atapuerca. Los análisis de muestras dentales de dos homínidos han revelado alteraciones relacionadas con el destete materno en uno de nuestros ancestros del Pleistoceno medio.
El análisis detallado de 148 molares inferiores de diferentes especies de homínidos de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca en Burgos no solo reafirma los caracteres modernos y primitivos de Homo antecessor, que vivió hace un millón de años, sino que demuestra que las especies migraron y se cruzaron más de lo que se pensaba para poblar el continente europeo. Así lo revelan científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana.