Investigadores de Cataluña han diseñado unos diminutos robots que pueden eliminar del agua las bacterias causantes de enfermedades, como E. coli. Dichos microbots pueden navegar a través del agua durante unos 15 a 20 minutos antes de quedarse sin magnesio y, en este tiempo, son capaces de atrapar más del 80% de estas bacterias.
Los diabéticos tienen un mayor riesgo de padecer tuberculosis si son infectados. Al mismo tiempo, esta enfermedad ocasiona un aumento transitorio de azúcar en sangre. Investigadores del Complejo Asistencial Universitario de León han analizado cómo reaccionan los componentes de la sangre ante la infección y qué diferencias hay entre los individuos más y menos propensos a sufrir tuberculosis.
Investigadores de la Universidad de Jaén han comprobado que una bacteria del género Klebsiella se puede usar para eliminar metales pesados, como la plata, de las aguas residuales. Además, durante el proceso genera cloruruo de plata, un agente antimicrobiano que también es muy demandado por la industria biotecnológica por sus propiedades ópticas.
Investigadores de la Universidad de Jaén han demostrado que la capa gelatinosa, denominada biopelícula, que forman los microorganismos en muchos productos alimenticios es vulnerable ante compuestos obtenidos de los residuos de la poda de este arbusto. De esta forma, los desechos se convierten en potenciales conservantes naturales y en desinfectantes ecológicos.
Investigadores de la Universidad de Cádiz han examinado la composición de sedimentos de la localidad inglesa de Colchester (Essex) para observar la actuación de microorganismos responsables de descomponer ciertos compuestos en horas. Debido a la inmediatez con la que realizan esta función, provocan una mayor riqueza del sedimento marino al regenerar nutrientes continuamente.
Investigadores de la Novo Nordisk Foundation Center for Biosustainability, en Dinamarca, han desarrollado un método para producir las enzimas P450 –usadas por las plantas para defenderse de depredadores y microbios– en factorías de células bacterianas. Este proceso podrá facilitar la obtención en grandes cantidades de estas enzimas, implicadas en la biosíntesis de principios activos de fármacos anticancerígenos.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han creado un circuito bacteriano que responde al aprendizaje asociativo: ante un estímulo determinado, las bacterias muestran un comportamiento condicionado. El estudio permitirá avanzar en la ingeniería del microbioma humano, un campo muy útil para el tratamiento de enfermedades complejas.
Un equipo internacional de científicos, que ha contado con la colaboración de la Universidad Pompeu Fabra, ha descubierto que las comunidades bacterianas adoptan una estrategia de tiempo compartido para mejorar la eficacia del consumo. El mecanismo es comparable al de la multipropiedad en los apartamentos de vacaciones. El estudio se publica este jueves en la revista Science.
Tomas una píldora para aliviar la ansiedad. Lo que no te esperas es que su principio activo sea una bacteria que vaya directa a tu intestino y desde ahí avise al cerebro para calmar tus nervios. Es un psicobiótico. Investigaciones en modelos animales han demostrado el potencial de algunos microorganismos para tratar diferentes trastornos mentales, pero los científicos advierten que es un área de estudio muy incipiente, donde escasean los ensayos con humanos.
La gran pregunta es cómo llegan los psicobióticos a tener efectos sobre la psique. Lo explicamos en esta infografía. José Antonio Peñas | SINC