Investigadores de las Universidades de Jaén y São Paulo (Brasil) han estudiado la viabilidad de aplicar estructuras microscópicas construidas con microorganismos que repelan los microbios nocivos de los objetos e instrumentos de los procesos productivos. Han analizado una colección de bacterias procedentes de alimentos fermentados brasileños como quesos, con propiedades bactericidas que evitarían infecciones y pérdidas por contaminación en la industria alimentaria.
Algunas de las bacterias intestinales presentes en la actualidad en el ser humano y en los simios han evolucionado de forma conjunta con los homínidos durante millones de años. Según un nuevo estudio, estos microorganismos han estado conviviendo en simbiosis saltando de un ancestro a otro y dividiéndose en diferentes cepas al mismo tiempo que sus huéspedes se diferenciaban en especies.
Expertos de la Universidad de Jaén han aislado la cepa Lactobacillus pentosus MP-10 obtenida de las salmueras de fermentación natural de las aceitunas de mesa verdes Aloreña. Mediante un análisis de sus genes y proteínas han descubierto que agentes antimicrobianos incrementan la resistencia bacteriana a diferentes tipos de estrés, como los relacionados con la acidez y las sales biliares propias del proceso digestivo. Según los científicos, al mejorar su funcionalidad, la bacteria podría utilizarse como probiótico in vivo.
El pis se puede transformar en electricidad con la ayuda del metabolismo de las bacterias y gracias al dispositivo que han creado investigadores de la University of the West of England, donde trabajan científicos españoles. Una letrina de prueba se ha instalado esta semana en el festival de Glastonbury, pero el objetivo final es mejorar las instalaciones sanitarias en países empobrecidos o lugares donde la generación es limitada, como los campos de refugiados.
Un equipo de científicos ha determinado la diversidad de bacterias que se encuentran en la piel de la uva de las variedades garnacha y cariñena de la DOQ Priorat y también en el vino de crianza en barrica a través de la secuenciación masiva.
Investigadores de la UAB y del ICN2 han desarrollado un sistema de nanoencapsulación que aumenta la eficacia de los bacteriófagos, virus inocuos utilizados para eliminar infecciones bacterianas, incrementando su resistencia al ácido del estómago y alargando su actividad una vez están en el intestino. El sistema, publicado en Applied and Environmental Microbiology, ha sido probado con éxito en animales con Salmonella y podría aplicarse en seres humanos.
Científicos de Shanghái han mostrado que la gravedad de la caspa está más ligada a las bacterias que a los hongos, como se pensaba hasta ahora. Crear las condiciones fisiológicas adecuadas para el equilibrio de las poblaciones bacterianas ayudaría a disminuir este problema dermatológico.
Un equipo de científicos catalanes está más cerca de comprender cómo las bacterias provocan infecciones pulmonares crónicas mediante la identificación de las enzimas clave que les permiten crear las condiciones adecuadas para la infección en forma de biopelícula. Según el estudio, entender la virulencia de las biopelículas bacterianas ayudará a mejorar el diseño de fármacos antibacterianos específicos.
Investigadores de la Universidad de Oviedo y el CSIC demuestran que la introducción de bacterias beneficiosas en la microflora de enfermos lúpicos consigue que esta se parezca a la de las personas sanas. El lupus es una enfermedad incurable del sistema inmunitario en la cual este ataca a las células y tejidos sanos, creando un exceso de anticuerpos en el torrente sanguíneo que causan inflamación y dañan articulaciones, músculos y otros órganos.
Científicos de varias instituciones japonesas han identificado una especie de bacterias que utiliza dos enzimas para descomponer el plástico. En concreto, estos microorganismos son capaces de degradar el politereftalato de etileno o PET, un tipo de polímero usado en envases como botellas plásticas que es altamente resistente a la biodegradación.