Los restos del cráneo de un dinosaurio saurópodo hallado en 2007 en el yacimiento de Lo Hueco (Cuenca) podrían pertenecer a un Ampelosaurus, según recoge una investigación que publica la revista PLOS ONE, en la que han participado varias instituciones españolas. Este fósil ha permitido la reconstrucción en 3D del cerebro –con solo ocho centímetros de largo– de este animal lento y poco ágil.
Un artículo publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology describe por primera vez la geometría del hueso frontal en el género humano y cuantifica la forma de la curva de dicho hueso en poblaciones modernas y extintas para constatar que los primeros individuos de Homo sapiens ya tenían una forma de la frente parecida a la de los humanos actuales.
Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha indagado sobre el tratamiento ritual de los cráneos con esqueleto facial mutilado en el Neolítica Pre-cerámico del sur de Siria, a partir de varios cráneos encontrados en el yacimiento de Tell Qarassa Norte.
La integración morfológica, determinada genéticamente, dirige la evolución de la forma del cráneo humano, según un artículo publicado en la revista Evolution. El trabajo se basa en el estudio de 390 cráneos de la colección de los denominados cráneos decorados de la iglesia católica de Hallstatt (Austria), en la que participan investigadores de la Universidad de Barcelona
Un estudio internacional revela que los cerebros de los primeros mamíferos evolucionaron para tener unos sentidos del olfato y del tacto más sofisticados. Los investigadores analizaron los fósiles de dos especies con más de 190 millones de años y observaron que las áreas del cerebro que controlan estos sentidos experimentaron un crecimiento más avanzado que el resto de zonas.
Reproducción de la cabeza de Tiarajudens eccentricus. Foto: Juan Cisneros
Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha reconstruido, a través de huesos y dientes fósiles, el régimen alimentario de dos roedores de más de un kilogramo de peso que habitaron Tenerife y Gran Canaria hace más de 2.000 años. El aumento de tamaño respecto a las especies peninsulares se debió a la adaptación a una dieta vegetariana no herbácea.