Los efectos del calentamiento del mar Mediterráneo en las comunidades planctónicas se verán agravados por la acidificación oceánica, según un estudio liderado por el del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Las condiciones climáticas están cambiando a un ritmo sin precedentes, lo que afecta sobre todo a peces, anfibios y reptiles, animales ectotermos que no son capaces de generar su propio calor interno. Con las olas de calor y el incremento de temperaturas, estos organismos experimentan no solo un aumento de la velocidad de crecimiento y estrés térmico, sino también un mayor envejecimiento.
Los datos sobre el calentamiento global son desalentadores. Consciente de ello, en su libro Y ahora yo qué hago este doctor en Biodiversidad propone claves para no caer en la 'ecoansiedad' e impulsar la acción de quienes sienten que deben actuar por el clima.
La ausencia de agua en el ambiente afecta más a la tolerancia térmica de las lagartijas que la falta de comida, según un estudio liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Los autores recalcan que los efectos de las sequías en la supervivencia de las especies terrestres frente a la crisis climática se han estudiado cinco veces menos que los del aumento de la temperatura.
Científicos de más de 20 centros de investigación han analizado a escala global los distintos factores que intervienen en la estabilidad de las comunidades vegetales. En ecología, el concepto de estabilidad se refiere a la respuesta frente a los cambios, que hace posible la coexistencia de las especies a lo largo del tiempo.
La renta familiar, junto a la soledad, es un indicador social clave de vulnerabilidad frente a las olas de calor, cada vez más frecuentes e intensas. En Madrid, los barrios de Tetuán, Carabanchel y Puente de Vallecas son los más afectados por la mortalidad asociada a las altas temperaturas. La experta Cristina Linares señala que este tipo de pobreza energética está “poco explorada pero es muy relevante”.
El número de inundaciones que se ha producido de 1990 a 2016 está entre los más altos de los últimos cinco siglos en Europa. En España, este fenómeno ha aumentado sobre todo en otoño. Según un nuevo estudio, la crisis climática podría ser la responsable del incremento de las inundaciones al producir modificaciones en la circulación atmosférica.
Hasta ahora, los insectos de los trópicos parecían ser los más amenazados por el cambio climático al vivir al límite de su temperatura óptima. Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha analizado los datos existentes y concluye que los insectos de zonas templadas, como España, serían tan vulnerables al aumento de temperaturas como los insectos tropicales.
El uso de guantes, máscaras, batas, y otros equipos de protección individual ante el SARS-CoV-2, además de envases, mamparas y bolsas se ha disparado, y con ellos la fabricación de plástico. Ante el miedo al contagio, este material de usar y tirar, que a partir de 2021 iba a sufrir mayores restricciones de uso en muchos países, resurge para protegernos, pero pone en riesgo la salud del medio ambiente.
Gracias al uso del registro fósil, un equipo de científicos, con participación de la Universidad de Santiago de Compostela, ha reconstruido los patrones de la biodiversidad marina de los últimos miles de años y ha realizado proyecciones con los niveles actuales de emisiones de CO2. Los resultados indican que la crisis climática intensificará la reducción de la diversidad pelágica tropical hasta niveles que no se han visto en millones de años.