Los equipos de diagnóstico por imagen han mejorado la resolución de sus resultados y han reducido la radiación que reciben los pacientes, pero el principal avance se ha producido en los agentes de contraste. A través de nanopartículas ‘decoradas’ con colorantes o de nanoanticuerpos, que viajan por los vasos sanguíneos, la comunidad científica trabaja para detectar de forma temprana el cáncer y la metástasis, y comprobar si el tratamiento funciona.
En una encuesta mundial realizada por la OMS, el 90 % de los países informan de interrupciones en los servicios sanitarios esenciales desde el inicio de la pandemia por COVID-19.
La revista Nature Communications publica el desarrollo de un test sanguíneo no invasivo que podría utilizarse para la detección en fase inicial de cinco tipos comunes de cáncer –estómago, esófago, colorrectal, pulmón o hígado– y hasta cuatro años antes del diagnóstico convencional.
Investigadores españoles han coordinado un estudio del genoma y epigenoma completos del linfoma de células del manto que identifica nuevos mecanismos de activación de oncogenes y las alteraciones que provocan el progreso tan heterogéneo de este tumor.
Un proyecto del CSIC examina un posible nuevo método de diagnóstico de COVID-19 basado en sensores de ADN que emiten fluorescencia en presencia del material genético del virus. Este procedimiento se podría aplicar a gran escala y rebajaría los costes de las técnicas de detección actuales.
Los profesionales de atención primaria y los pacientes deberíamos sospechar de un posible caso de COVID-19 ante la aparición de síntomas ─no solo respiratorios─ y actuar en consecuencia. La clave no está en evitar repuntes, sino en poder atajarlos de forma precoz desde el sistema sanitario.
La revista Nature publica hoy 23 estudios sobre el genoma del cáncer. Entre los resultados se describe el catálogo de 38 tipos de tumor y la identificación de mutaciones años antes de que se produzca la enfermedad, lo que apunta hacia mejores diagnósticos y tratamientos. España ha formado parte de este proyecto.
Las regiones altamente endémicas para el chagas muchas veces no cuentan con laboratorios suficientemente equipados. Un nuevo estudio confirma cómo unir dos pruebas rápidas podría facilitar el diagnóstico de personas crónicamente infectadas.
Esta doctora en Biología Celular y Molecular ha desarrollado un método que mide, con un simple análisis de sangre, los niveles de una proteína que se produce cuando al tejido cardíaco comienza a faltarle el riego, lo cual permite identificar de manera precoz un infarto. El test ha logrado una financiación de más de cinco millones de euros y se ha comenzado a probar en un ensayo clínico con muestras de pacientes de hospitales públicos de Madrid y Barcelona.
Uno de cada cuatro casos de hemorragia subaracnoidea, una manifestación especialmente grave de patología cerebrovascular, no se diagnostica inicialmente, según un estudio que ha publicado la revista Stroke. Esto influye directamente sobre las posibilidades de recuperación de los pacientes ya que el mal diagnóstico incrementa un 20 % las probabilidades de tener un mal pronóstico.