Algunos roedores ancestrales pudieron haberse infectado con coronavirus similares al síndrome respiratorio agudo, lo que les llevó a adquirir tolerancia o resistencia a los patógenos, según una investigación liderada por la Universidad de Princeton en EE UU. Este hecho plantea la posibilidad de que los ejemplares modernos puedan ser reservorios de virus de este tipo.
Al menos 165 especies de virus transmitidos por animales pueden infectar a humanos, pero este número podría estar infravalorado. Investigadores de la Universidad de Glasgow proponen usar la inteligencia artificial para analizar los genomas virales y predecir, desde el momento de su descubrimiento, aquellos patógenos con mayor riesgo de provocar patologías zoonóticas en humanos.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid ha elaborado dos índices según la variedad y la singularidad de murciélagos a partir de modelos de distribución de especies registradas. Las zonas con los índices más altos —el Parque Nacional y su periferia— coinciden con las áreas protegidas
Los balbuceos no son exclusivos de la especie humana. Las crías de los murciélagos de sacos, Saccopteryx bilineata, emiten unos cantos muy parecidos, lo que demuestra su capacidad para imitar vocalmente a sus tutores.
Activos sobre todo de noche, los machos de murciélago, protagonistas del #Cienciaalobestia, lo tienen complicado para cortejar visualmente a las hembras por lo que tienen que confiar en el sentido olfativo de estas. Para facilitarles la tarea en el momento de la reproducción, los machos extienden en sus antebrazos una sustancia que forma una costra y que aumenta de tamaño a mayor testosterona del individuo.
Un grupo español de 23 científicos y científicas, expertos en conservación de aves y murciélagos, alertan a través de una carta en la revista Science de la grave amenaza que supone para la biodiversidad el auge acelerado y desordenado de las energías renovables en España en el contexto de la transición verde.
El murciélago de cara arrugada, protagonista del #Cienciaalobestia, no se deja ver mucho en la naturaleza, pero hace dos años un equipo de científicos logró observar por primera vez sus técnicas de cortejo en Costa Rica. Los machos, hacinados en las alturas de los árboles, lucen un pellejo de piel peluda blanca que levantan a modo de máscara para seducir a sus posibles parejas.
Los que conocen la historia de las enfermedades infecciosas saben que la epidemia actual por SARS-CoV-2 no es un fenómeno raro. No es necesario que científicos locos fabriquen virus para infectar a la humanidad. El estudio de varios coronavirus de los cerdos, que aparecieron en las granjas de todo el mundo desde los años 80, permite sacar varias conclusiones sobre la actual COVID-19.
Al igual que los humanos nos alejamos de otras personas para impedir el contagio, como está ocurrieron con la actual epidemia del virus del COVID-19, los vampiros comunes, unos murciélagos muy sociables protagonistas de #Cienciaalobestia, también modifican sus lazos sociales ante las infecciones.