Los murciélagos, protagonistas esta semana del #Cienciaalobestia, mueren de forma masiva al chocarse con las grandes turbinas de producción de energía eólica, las cuales se están multiplicando en varios países europeos como España o Alemania. Ahora, una encuesta determina la importancia de establecer el equilibrio entre la producción de energía limpia y la protección de especies.
Desde aquel 21 de julio de 1969 la Luna no ha dejado de fascinar y deslumbrar, pero no a todos por igual. Algunas especies de murciélagos frugívoros, protagonistas de #Cienciaalobestia, sufren fobia lunar, lo que les impide desarrollar una actividad nocturna normal cuando la luz del satélite es más intensa.
Existen pocos lugares en el mundo donde las relaciones entre la agricultura y la conservación sean tan tensas, y eso ocurre en las selvas de Madagascar, cada vez más sustituidas por cultivos de arroz. Esta presión se reduce gracias a la actividad de los murciélagos, protagonistas de #Cienciaalobestia, porque se alimentan de las plagas de insectos que diezman los campos y evitan más deforestación.
El ébola, el VIH y el síndrome respiratorio agudo y grave son algunas de las enfermedades que pueden transmitir animales como murciélagos, primates y roedores a los humanos. Un nuevo estudio identifica los factores que influyen en este traspaso vírico y presenta mapas de localizaciones donde los mamíferos podrían generar nuevas amenazas para la salud de las personas en el futuro.
Ilustración de Yi qi en la que se aprecia el parecido de sus alas con las de los murciélagos. / Dinostar Co. Ltd
Yi qi –‘ala extraña’ en mandarín– fue una especie de dinosaurio perteneciente a la familia de los terópodos que vivió hace más de 163 millones de años. La anatomía de sus extremidades es lo que más ha llamado la atención al grupo de investigadores que en un principio pensaba que no era capaz de volar. En realidad, el hueso que se extendía desde cada una de sus muñecas le permitió tener una estructura aérea similar a la de las ardillas voladoras o los murciélagos.
Investigadores del Museo Americano de Historia Natural y de la Universidad de Florida (EE UU) han comprobado que, pese a lo que se creía, los murciélagos del Caribe resistieron al cambio climático de hace unos 10.000 años.
Las grandes colonias de murciélagos con más diversidad de especies son las que presentan mayor riesgo de infección del virus rábico, según un nuevo estudio sobre estos mamíferos voladores publicada en la revista PLOS ONE.
Las ranas túngara hembra (Physalaemus pustulosus) y los murciélagos de labio verrugoso (Trachops cirrhosus) comparten aptitudes perceptivas al interpretar de igual modo las llamadas de la rana macho. El estudio, que se publica en la revista Science esta semana, demuestra que ciertos tipos de percepción podrían ser universales.
Para sobrevivir, el murciélago vampiro (Desmodus rotundus) tiene que encontrar un almuerzo a base de sangre cada uno o dos días.