El análisis de unos dientes hallados en un yacimiento de Guipúzcoa confirma una presencia tardía de esta especie humana en el norte de la península ibérica. El estudio corrobora además que estos restos son los únicos pertenecientes a neandertales adultos de la región de los Pirineos occidentales.
Una investigación de arqueólogos, paleontólogos y geólogos españoles demuestra que los cráneos de grandes herbívoros encontrados en el yacimiento de Pinilla del Valle, en Madrid, en un lugar conocido como Valle de los Neandertales, se utilizaban como trofeos de caza. Los restos tienen más de 40.000 años de antigüedad.
Un nuevo estudio de investigadores del Museo de Historia Natural de Londres apoya la hipótesis de que la mezcla con nuestros antepasados pudo haber sido una de las causas de la desaparición de los neandertales.
El análisis genómico de los restos de 13 individuos de Homo neanderthalensis en dos cuevas de Siberia apunta importantes novedades sobre su organización social. Los resultados acercan más aún a los neandertales y al Homo sapiens.
Un equipo científico de Países Bajos y Reino Unido ha analizado datos de artefactos de Homo neanderthalensis y Homo sapiens procedentes de 17 yacimientos arqueológicos del suroeste, centro y área mediterránea de Francia y del norte de España. El modelo ha permitido afinar el periodo de coexistencia entre ambas especies.
El investigador sueco Svante Pääbo ha sido galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2022 por sus descubrimientos de los genomas de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, y sobre la propia evolución de los humanos.
Este aumento de la neurogénesis responde a un único cambio genómico en un solo aminoácido de la proteína TKTL1 de los humanos modernos, según indica un estudio de investigadores alemanes.
Se trata de los restos parciales de un individuo que vivó hace 60.000 años. El hallazgo, además, coincide con la celebración del 40 aniversario de las excavaciones en el yacimiento del Abric Romaní (Capellades, Barcelona). Este año el lugar será declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
Una cueva de arte rupestre ubicada en el municipio andaluz de Ardales fue utilizada por una sucesión de culturas antiguas para enterrar a sus muertos. Además fue usada como lienzo para obras de arte, lo que implica que le otorgaban un alto valor simbólico.