La visfatina es una proteína que se produce en el tejido adiposo, especialmente en los pacientes obesos y diabéticos. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, en colaboración con el Hospital de la Princesa y el Hospital de Getafe, han demostrado que esta proteína, que puede pasar del tejido graso a la circulación, es capaz de inflamar los vasos sanguíneos, favoreciendo la aparición de complicaciones cardiovasculares asociadas a enfermedades metabólicas como la obesidad o la diabetes.
Un equipo del CSIC ha desarrollado un método para determinar estructuras de proteínas con una rapidez inédita, partiendo de unos pocos datos nativos y evitando muchos meses de trabajo adicional. Bautizado en honor al pintor Arcimboldo, el sistema ofrece imágenes reconocibles de proteínas a partir de unos fragmentos, de forma similar a los bodegones del artista, que permiten adivinar rostros humanos a partir de unos pocos elementos vegetales.
Las proteínas del virus XMRV se expresan en células cancerígenas.
Investigadores de la Unidad de Bioinformática del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM) han investigado los límites dentro de los cuales es posible definir de forma objetiva y consistente una clasificación de estructuras de proteínas basado en su evolución divergente.
Los hábitos alimenticios de monos y humanos tienen antiguas raíces comunes
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Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba estudia la relación de dos tipos de proteínas con el desarrollo del autismo y utiliza como modelo de investigación el gusano C.elegans.
Esta proteína se encuentra mutada en el 30% de los cánceres humanos. Con técnicas de videomicroscopía y FRET investigadores del IDIBAPS y la UB han descubierto que la proteína se internaliza activamente desde la membrana y se degrada en los lisosomas. El hecho de que camino de los lisosomas la proteína sigue activa podría significar una nueva forma de señalización protagonizada por KRas.