Este martes ha despegado desde el cosmódromo ruso de Plesetsk el tercer satélite desarrollado por la Agencia Espacial Europea para su programa Copérnico de monitorización medioambiental. Sentinel-3A se dedicará, principalmente, a la monitorización de los océanos, analizando la altura de su superficie, el color y su temperatura. Los resultados se distribuirán de forma gratuita a usuarios de todo el mundo. La industria española ha aportado diversos componentes a este nuevo 'centinela' espacial.
El satélite Express AMU 1 de Airbus Defence and Space mejorará las comunicaciones internacionales de la Federación Rusa y África Subsahariana. / Airbus Defence and Space
Miembros del Centro de Investigación AtlantTIC de la Universidad de Vigo han utilizado drones para realizar vuelos de validación experimentales de un enlace satélite destinado al uso civil. Esta tecnología permitirá transmitir de forma instantánea más información en menos tiempo, adaptándose automáticamente al canal para hacerlo sin errores.
El instrumento SABER, a bordo del satélite TIMED (NASA), ha medido entre 2002 y 2014 un incremento de la cantidad de dióxido de carbono en la alta atmósfera de entre un 5% y un 12% por década, superior al detectado en las capas bajas. Este aumento inequívoco del dióxido de carbono en la alta atmósfera no depende de efectos naturales.
Investigadores de la Universidad de La Rioja han desarrollado un nuevo método para retirar satélites espaciales en órbitas muy elípticas cuando finalizan su misión. La metodología, que permite ahorrar costes y reducir riesgos, se ha puesto a prueba con la misión INTEGRAL de la Agencia Espacial Europea, que en 2029 entrará en la atmósfera terrestre para autodestruirse.
La noche de este viernes 31 de julio se podrá ver la ‘luna azul’, una expresión que hace referencia a la segunda luna llena en un mismo mes, algo que suele ocurrir cada tres años. La denominación fue acuñada en torno a 1940, a raíz de un dicho popular anglosajón. Aunque esta noche nuestro satélite no cambiará realmente de color, erupciones volcánicas e incendios forestales han permitido ver lunas verdaderamente azuladas.
MSG-4 es el nombre del nuevo satélite puesto en órbita este miércoles por la colaboración entre la Agencia Espacial Europea y la Organización Europea para la Explotación de los Satélites Meteorológicos. El despegue de esta nave se produjo desde el puerto espacial europeo en Kourou, en la Guayana Francesa, impulsada por el lanzador Ariane 5. MSG-4 es el último de los cuatro satélites de meteorología Meteosat de segunda generación.
Los astrónomos han descubierto lo que podría ser la estructura más grande conocida en el universo, que deja su huella en la radiación de fondo de microondas. Se trata de un supervacío relacionado con el denominado Punto Frío, una zona inusualmente fría del cielo cuya explicación trata un estudio dirigido por el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái (EE UU).
La Agencia Espacial Europea lanza dos nuevos satélites Galileo. / Arianespace