La explosión estelar o supernova 1987A se observó hace más de 35 años, y desde entonces se dudaba qué objeto compacto habría generado. Ahora, gracias al telescopio espacial James Webb, se han identificado átomos de argón y azufre muy ionizados que solo se explican por la presencia de una estrella de neutrones, y no de un agujero negro como también se llegó a pensar.
Un equipo de astrónomos y astrónomas ha descubierto que el cuásar J0529-4351, con un brillo récord más de 500 billones de veces superior al del Sol, puede ser el objeto más luminoso conocido hasta la fecha. El agujero negro que lo alimenta tiene unos 17 000 millones de masas solares y cada día aumenta una más.
Con un radiotelescopio de Sudáfrica se ha identificado un sistema binario formado por una estrella pulsante y un misterioso objeto compacto, con unas 2,35 masas solares, lo que lo sitúa en la llamada ‘brecha de masas’ entre las estrellas de neutrones y los agujeros negros. Si fuera esto último, se tendría la codiciada pareja púlsar de radio-agujero negro, que permitiría nuevos test de la relatividad general de Einstein.
Un equipo internacional de astrofísicos ha descubierto la galaxia más grande y difusa, casi invisible, registrada hasta la fecha: Nube, un escenario a pequeña escala que no encaja en las estimaciones teóricas sobre materia oscura. Las observaciones se han realizado con el Gran Telescopio de Canarias y el Telescopio de Green Bank en EE UU.
Aunque la llamada fuente OP 313 se conocía a bajas energías, el primer telescopio LST del Cherenkov Telescope Array Observatory en La Palma (Canarias) la ha registrado por encima de los 100 gigaelectronvoltios, un nivel de energía mil millones de veces mayor que la luz visible que los humanos pueden percibir. Se trata del AGN o núcleo galáctico activo más distante observado hasta ahora.
Mediante derivadas en lugar de integrales, investigadores de España y China han encontrado una forma más sencilla de resolver complejos cálculos que se utilizan para obtener información sobre ondas gravitacionales, como las que detectan los experimentos LIGO y Virgo. El nuevo enfoque permite conocer con mayor precisión y seguridad las características de estos impactantes fenómenos cosmológicos.
El astrofísico suizo mide el balanceo de las estrellas para detectar el paso de planetas que se encuentran muy lejos del sistema solar. Este catedrático en Cambridge y en Zúrich encendió la mecha de la 'revolución de los exoplanetas', como él la llama, y sigue buscando algún mundo parecido a la Tierra, lo que podría explicar nuestros propios orígenes. En esta entrevista, habla con pasión de su oficio.
Un equipo de astrónomos ha descubierto al planeta LHS 3154b, con una masa similar a la de Neptuno, orbitando cerca de una estrella enana de muy baja masa, nueve veces menos masiva que el Sol. ¿Cómo se formó un mundo tan grande alrededor de una estrella tan pequeña? Un estudio en Science apunta algunas posibilidades.
En torno a la cercana estrella HD 110067 orbitan seis planetas con una configuración que apenas ha cambiado desde hace más de mil millones de años. Un equipo internacional de astrónomos, algunos españoles, los ha estudiado con datos del satélite TESS de la NASA y la misión CHEOPS de la ESA, junto a instrumentos localizados en Canarias y Almería.
Con la ayuda de detectores en el desierto de Utah (EE UU), la colaboración internacional Telescope Array ha registrado el segundo rayo cósmico más energético conocido hasta ahora, bautizado con el nombre de la diosa del sol en la mitología japonesa. Su fuente podría estar en los fenómenos más energéticos del universo o en escenarios exóticos más allá de la física que conocemos.