Aunque aún faltan meses para que el telescopio espacial europeo ofrezca una nueva visión real del cosmos, las primeras imágenes captadas confirman que la herramienta funciona correctamente y augura un futuro prometedor para la investigación astronómica. El objetivo de los científicos es dibujar el mayor mapa 3D del cielo jamás realizado.
Analizar las precipitaciones en otros planetas ayuda a los científicos a comprender la atmósfera de mundos similares a la Tierra. Las lluvias no solo permiten evaluar su posible habitabilidad, también nos explican sus orígenes.
Con este hallazgo astronómico se comprende el ciclo de vida de las estrellas dentro de las nebulosas oscuras, densas nubes de gas y polvo frío que ocultan la luz. Estas revelaciones resultan fundamentales para explicar los procesos asociados a la formación de las galaxias.
Como regalo final de su exitoso primer año, la NASA y la ESA han publicado la imagen captada por el telescopio espacial James Webb de la región de formación estelar más cercana a la Tierra. Se trata del complejo de nubes Rho Ophiuchi, situado a 390 años luz de distancia.
Los datos de la misión Cheops de la Agencia Espacial Europea han revelado que un exoplaneta abrasador, que orbita alrededor de su estrella anfitriona en menos de un día, está cubierto por nubes reflectantes de metal, lo que lo convierte en el exoplaneta más brillante jamás descubierto.
Cuando el cosmos tenía una décima parte de su edad actual, los eventos parecen desarrollarse cinco veces más lento, como ya predijo Einstein. Así lo revela un análisis de casi 200 cuásares observados durante dos décadas.
Este fin de semana está previsto el lanzamiento de este telescopio espacial de la ESA, que creará un mapa en 3D de la distribución de materia en el espacio a través del tiempo. Para ello observará más de mil millones de galaxias en un tercio del cielo. Sus datos ayudarán a estudiar la expansión del universo, así como la misteriosa naturaleza de la energía y la materia oscuras.
Los vacíos cósmicos constituyen entornos tranquilos de evolución pausada que pueden aportar luz sobre las condiciones iniciales del universo. Ahora, un estudio donde participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía muestra, por primera vez de manera observacional, que las galaxias que habitan en las regiones poco densas del universo evolucionan de forma más pausada que aquellas en zonas muy pobladas.
Hasta ahora se había analizado la Vía Láctea con luz visible e invisible, como los rayos X y las ondas de radio, pero el experimento IceCube localizado en la Antártida la ha observado con algo que no es luz: neutrinos de alta energía procedentes del plano galáctico.