Alerta de tsunami en Japón por un terremoto de magnitud 7,3. / EFE/EPA/USGS
Con la ayuda de una novedosa tecnología cartográfica, investigadores del instituto MBARI de EE UU han detectado hundimientos en el suelo marino y elevación de colinas en el fondo ártico por la degradación del permafrost. En este caso el calentamiento global causado por el hombre no está detrás del fenómeno, sino variaciones climáticas mucho más antiguas y lentas.
Una histórica intrusión de polvo sahariano, propiciada por la borrasca Celia, está afectando la península ibérica desde ayer. Las partículas, que proceden del desierto del Sáhara y se desplazan por Europa hasta el Atlántico tropical, pueden degradar la visión, causar problemas respiratorios y empeorar la calidad del aire, convirtiendo a España estas horas en el país con el peor índice de la contaminación del aire.
Una excepcional lengua de polvo procedente del desierto del Sáhara y potenciada por los vientos de la borrasca Celia está impregnando la atmósfera peninsular. Según datos del Índice de Calidad del Aire, los altos niveles de polvo en suspensión desaconsejan cualquier actividad al aire libre en municipios de todo el territorio durante las próximas horas.
Aunque afectan a millones de personas en todo el mundo, las erupciones volcánicas solo se pueden prever con pocas horas de antelación. Un equipo de vulcanólogos aporta ahora nuevas evidencias para comprender mejor las condiciones de almacenamiento del magma, un ingrediente esencial para futuros modelos de predicción precisos y fiables sobre el momento, el tipo y la duración de las erupciones.
Una expedición internacional ha conseguido localizar a 3.008 metros de profundidad, y en muy buen estado de conservación, los restos del navío con el que Ernest Shackleton trató de cruzar la Antártida a principios del siglo XX. Tras quedarse la embarcación atrapada en el hielo, su hundimiento propició una de las misiones de rescate más increíbles del siglo pasado.
Entre 2019 y 2020 Australia sufrió algunos de los peores incendios de su historia. Más de un millón de toneladas de partículas de humo se emitieron a la atmósfera, alcanzando hasta 35 km desde la superficie de la Tierra. Ahora, un equipo de científicos ha descubierto que el humo desencadenó reacciones químicas en la estratosfera, similares a las de una erupción volcánica, que contribuyeron al agotamiento del ozono.
Investigadores de Reino Unido y Portugal han utilizado métodos computacionales para diseñar catalizadores biológicos y han logrado que el nivel de producción de carburante se multiplicara por 18 en el laboratorio, sin generar residuos ni desperdiciar energía.
Investigadores de la Universidad de Cambridge han observado tasas de fusión muy altas en el fondo de la capa de hielo de Groenlandia, causadas por las enormes cantidades de agua deshelada que cae desde la superficie. Al hacerlo, la energía se convierte en calor, en un proceso equivalente al de las diez mayores centrales hidroeléctricas del mundo juntas.