En los años 80 se identificó el patógeno responsable del cáncer de cuello uterino: el virus del papiloma humano, conocido como VPH. Xavier Bosch, investigador del Instituto Catalán de Oncología, contribuyó a realizar este descubrimiento, fundamental para el desarrollo de la vacuna contra esta enfermedad. Sus estudios también han confirmado la eficacia y seguridad de esta inyección.
Una investigación revela la eficacia de un nuevo tratamiento contra el glioblastoma, un tipo de cáncer muy agresivo. Se ha probado en modelos animales y consiste en la combinación de un fármaco y radioterapia focal cerebral.
Un estudio de un equipo del hospital barcelonés ha demostrado en ratones transgénicos que una proteína terapéutica, utilizada hasta ahora para atacar tumores primarios, puede también funcionar en casos de metástasis en esta forma de cáncer.
Investigadores del CSIC lideran un estudio que demuestra que la mayoría de los pacientes con esta patología presenta niveles altos del gen RRAS2. Además, se relaciona una mayor cantidad de este oncogén con una mayor agresividad del cáncer. Este descubrimiento abre las puertas a la exploración de nuevos tratamientos.
Aunque esta comunidad presenta una mayor incidencia de tumores con respecto a la población global, todavía falta evidencia científica sobre cómo adaptar la prevención y el tratamiento a estos pacientes. Además, resulta necesario ampliar los conocimientos de los especialistas para una mejor atención.
Investigadores del CSIC y otros centros han desarrollado unas nanoestructuras lipídicas capaces de transportar microARN utilizado en terapias contra el cáncer. Se han introducido y probado con éxito en células tumorales de hígado, pulmón y tejido nervioso.
Con una población que supone el 10 % del total mundial, Europa registra un cuarto de todos los casos de cáncer en el mundo, con 1,3 millones de fallecimientos al año, de los cuales 6.000 son niños y jóvenes, según un nuevo informe del Parlamento Europeo. El tabaco, la contaminación del aire y la exposición a sustancias peligrosas son los principales factores de riesgo.
Esta enfermedad es una de las causas principales de muerte en el mundo. / Wearbeard
El impacto del diagnóstico de un tumor es mayor cuando, además, es muy raro y apenas hay datos sobre él. Es el caso del síndrome de Sézary, un tipo desconocido de leucemia y de linfoma con manifestaciones cutáneas que padece José Ramón Regueiro, inmunólogo en la Universidad Complutense de Madrid. Con el apoyo de la Asociación Española contra el Cáncer investiga cómo curar esta enfermedad.
Aunque la incidencia de la enfermedad está disminuyendo en la población general gracias a los programas de detección precoz, cada vez son más los menores de 50 años que desarrollan este tipo de tumores. Además, se diagnostican en etapas más avanzadas.