La piel de la nariz de muchos mamíferos, como perros, hurones y vacas, presenta surcos que forman multitud de polígonos. Investigadores de Suiza, con la participación de expertos españoles, han analizado en detalle cómo se forman estos patrones en el embrión utilizando técnicas de imagen y simulaciones por ordenador.
¿Por qué estos insectos pican más a unas personas que a otras? ¿Qué es lo que más les atrae y cómo nos encuentran? Diferentes equipos científicos han estudiado el comportamiento de estos animales con respecto al olor y el calor corporal humano, e incluso han desarrollado películas protectoras que podrían ahuyentarlos. Los expertos recomiendan usar aceites y jabones de coco, evitar aguas estancadas en los hogares y, en última instancia, recurrir a repelentes registrados.
Los nuevos avances biomoleculares permiten analizar los aromas que se conservan en artefactos y elementos arqueológicos de épocas pasadas. Un equipo de científicos alemanes quiere utilizar esta nueva información para descubrir nuevos aspectos del mundo antiguo, de nuestras sociedades y de la evolución como especie.
Investigadores de la Universidad de Rockefeller (EE UU) han descrito el complejo mecanismo que utilizan los receptores olfatorios para detectar las moléculas odoríferas, y por primera vez ofrecen imágenes, obtenidas con microscopía crioelectrónica, de su estructura funcionando. Estos receptores son ‘promiscuos’, se pueden unir a un gran número de moléculas diferentes.
Nuevos estudios sobre la pérdida de gusto y de olfato debido al coronavirus en diferentes grupos de pacientes concluyen que más de la mitad de las personas afectadas tiene una merma en alguno de los sentidos y, de estos, en más del 90 % el deterioro se produce en ambos.
Odeuropa es el primer proyecto internacional de investigación de los aromas del pasado y el presente. Historiadores, museólogos y lingüistas digitales de Holanda, Inglaterra, Alemania, Italia, Francia y Eslovenia explorarán durante tres años referencias olfativas en pinturas, tratados médicos y novelas, con técnicas de inteligencia artificial. El objetivo es luchar contra el olvido oliendo la historia.
La repentina merma del olfato y el gusto podría ser uno de los síntomas de COVID-19. No se trataría de la primera infección que produce alteraciones de las percepciones nasales, también causadas por traumatismos, tumores, abuso de drogas y exposición a toxinas.
Un estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Cambridge y del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel muestra que testear la respuesta a olores en personas con trastornos de la conciencia podría ayudar a diagnosticar y determinar con precisión los planes de tratamiento.
Investigadoras del Museo Nacional de Ciencias Naturales han comprobado gracias a un experimento en condiciones naturales que las aves son capaces de detectar las feromonas que emiten sus presas. El estudio demuestra por primera vez que las aves insectívoras utilizan el olfato para percibir las señales químicas que emiten sus presas y así localizarlas y cazarlas.
Investigadores de la Universidad de Málaga han diseñado un entorno virtual para visualizar las operaciones de robots olfativos que detectan escapes de gases y ver como estos fluidos se dispersan. Así se recrean las condiciones reales de espacios cerrados, como oficinas, y se puede planificar la actuación de estos dispositivos robóticos.