La descendencia de los machos que tienen muchos competidores para aparearse y convertirse en padres presenta más mutaciones dañinas en su ADN que las crías de machos sin rivales. Sin embargo, el efecto de este fenómeno a largo plazo podría ser la clave de la variabilidad genómica.
Los machos de muchas especies, incluida la humana, dedican gran parte de su tiempo a la crianza y este comportamiento se refleja en un descenso de sus niveles de hormonas sexuales como la testosterona, lo que favorece el vínculo entre padre e hijo. Pero hay excepciones. En los lémures de vientre rojo, protagonistas de #Cienciaalobestia, los niveles de andrógenos aumentan cuanto más se involucran en el cuidado de las crías.
La sombra de la obesidad es alargada. Un equipo internacional de investigadores ha advertido, en un estudio realizado en ratones, que la salud metabólica de un padre puede ser transmitida de generación en generación, afectando no solo a sus hijos sino también a sus nietos. Los resultados se publican en la revista Molecular Metabolism.
No todos los juguetes son iguales. Un nuevo trabajo sostiene que los que producen luces y sonidos, aun siendo más llamativos, no potencian la comunicación oral entre los más pequeños y sus familias tanto como los juguetes clásicos. Aunque el estudio tiene limitaciones, sirve para sentar las bases de futuras investigaciones sobre la influencia del juguete en las habilidades del bebé.
El papá también come por dos. Como revela un estudio de la Universidad de Copenhague, el peso del hombre afecta a la herencia que transmite a sus hijos: las células del semen de hombres delgados y obesos poseen diferentes marcas epigenéticas en los genes asociados con el control del apetito. Según los investigadores, los hombres deberían revisar sus hábitos antes de ser padres.
Estamos habituados a leer que los hábitos de la mujer embarazada alteran los genes del bebé. Sin embargo, los estudios epigenéticos se basan en modelos animales, y los que se han hecho en humanos no demuestran ninguna relación causal. Pese a que los expertos son muy cautos al interpretar sus resultados, prensa y sociedad señalan con el dedo la conciencia de las mujeres y pasan por alto muchos otros factores, incluida la salud del padre, que influyen igual o más en la salud de las próximas generaciones.
El análisis del genoma de 78 familias islandesas ha permitido a un equipo científico descubrir que la edad del padre determina en su descendencia el número de mutaciones espontáneas o 'de novo', relacionadas con el autismo y la esquizofrenia según estudios anteriores. Cada año que cumpla el progenitor, el hijo tendrá dos mutaciones más.
Dos encuestas separadas por seis años han servido para analizar el grado de satisfacción con las adopciones en Andalucía. El estudio muestra que el 77,7% de las familias son más felices tras el proceso e identifica variables que lo dificultan, como la mayor edad en la llegada de los hijos, la adopción múltiple y las experiencias previas de maltrato. Existe una gran relación entre la valoración de los padres y de los hijos.
“No es el divorcio en sí lo que puede provocar problemas a los niños. Es el divorcio unido a un conflicto interparental, una falta de coparentalidad, un clima familiar inadecuado…”. Son palabras de Priscila Comino, investigadora de la Facultad de Psicología de la UPV/EHU.
Los hombres pierden testosterona cuando acaban de ser padres y lo hacen en mayor cantidad cuanto más comprometidos estén con los cuidados del bebé. Imagen: Giles Cook