El análisis del ADN de los pelos acumulados en las cavidades de los dientes de dos ejemplares de leones de Kenia, almacenados en el Museo Field de Historia Natural de Chicago desde hace un siglo, ha permitido reconstruir la ecología y la alimentación de estos grandes felinos.
Los pinzones de las islas Galápagos (Ecuador) usan sus picos para triturar semillas y para cantar. Un nuevo estudio determina qué pasa con sus trinos cuando los picos cambian para responder a los cambios en la alimentación derivados, por ejemplo, de una sequía.
En el oeste de Argentina, un equipo de científicos locales encontró los fósiles de flora terrestre de hace 420 millones de años. La investigación extiende el conocimiento sobre la historia evolutiva de las primeras plantas que colonizaron la superficie y volvieron al planeta habitable.
El equipo ha analizado los dientes de los esqueletos de 45 niños de la cultura ibera, inhumados en el ámbito doméstico, utilizando microscopía óptica y microfluorescencia con luz de sincrotrón. El estudio concluye que los niños fallecieron debido a complicaciones en el parto o por prematuridad, y no por prácticas rituales
Científicos del CSIC advierten del “estado crítico” de la mayor laguna de este espacio natural, aunque indican que la humedad remanente ha sido mayor este año. La laguna de la Dulce, otra de las consideradas permanentes hasta hace poco, se ha secado por completo.
Un equipo internacional de investigación ha realizado la primera descripción detallada del esqueleto postcraneal de Amphimoschus, un enigmático rumiante sin cuernos del Mioceno. El estudio arroja luz sobre su posición evolutiva, la evolución de los cervoideos (los parientes de los ciervos modernos) y sobre el enigma de la aparición de los apéndices craneales en los rumiantes.
El ctenóforo americano, una de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, tiene esta capacidad al sincronizar rápidamente sus contracciones musculares y fusionar sus tractos digestivos para compartir los alimentos.
La investigación internacional, liderada por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, explica que el paisaje estaba dominado por un ambiente árido, pero con diversidad de hábitats. Este último hecho pudo facilitar la ocupación de este territorio por parte de los mamíferos.
Hoy se publica un artículo en Science que revela que las consecuencias de esta extinción son mucho mayores de lo que se creía, ya que cuando desaparecen especies se pierde también su papel en el ecosistema, como polinizar, dispersar semillas y controlar plagas.
Que a estos animales les gusta mucho el juego y que se comunican con múltiples gestos no verbales y sonidos, no es ningún secreto. Ahora, un nuevo estudio determina que estos mamíferos marinos usan la expresión facial ‘boca abierta’ para reconocerse.