Antes de que Richard Owen pronunciara por primera vez la palabra ‘dinosaurio’ en 1841, muchos naturalistas ya habían comenzado a extraer del suelo grandes restos fósiles sin saber exactamente a qué pertenecían. Incluso llegaron a ver los testículos de un superhombre en el fémur del primer terópodo descubierto. Lo llamaron 'Scrotum humanum'.
Más de cuatro décadas después de su inauguración, y en pleno debate sobre la continuidad de Santa María de Garoña, la primera central nuclear construida en España comienza la fase final de un proceso de desaparición comenzado en 2010. En 2016 la central José Cabrera, más conocida como Zorita, será historia.
El International Journal of Humor Research es, pese a las apariencias de frivolidad, una revista muy seria. Como cualquier publicación científica que se precie, sus artículos pasan el proceso de revisión por expertos y cuentan incluso con un factor de impacto. El lingüista italiano Salvatore Attardo dirige desde Texas esta revista, cuya misión última es tratar de descubrir el mayor misterio de cuantos rodean a la ciencia del humor: ¿qué nos hace gracia?
El hayedo no tiene el estatus positivo de otros bosques como los de robles o castaños. Los expertos aún no son capaces de decir a ciencia cierta si estos bosques se están reduciendo o, por el contrario, avanzan sigilosamente a la sombra de otras especies. Pese a su fama, estos bosques crean una atmósfera neblinosa que sirve de hogar a muchas especies de animales, algunas tan amenazadas como el visón europeo, y los tonos rojos y anaranjados que su hoja adopta en otoño son inconfundibles y sin apenas parangón en la flora ibérica.
Tras siglos de supervivencia, el castaño se enfrenta ahora a dos terribles amenazas: las plagas y el abandono por parte del ser humano, el mismo que hace siglos los trajo a la Península Ibérica y los utilizó para alimentarse de su fruto y utilizar su madera.
El proyecto Latin Philosophy into Hebrew. Intercultural Networks in 13th and 14th century Europe que Alexander Fidora dirige en la Universidad Autónoma de Barcelona llena el vacío académico que hay en la transmisión cultural de textos cristianos-latinos y hebreos, así como la influencia que ésta ha tenido en la formación de una identidad filosófica y cultural europea.
Julio Verne anticipó los viajes espaciales en De la Tierra a la Luna, y los transatlánticos en La ciudad flotante. También hay quienes sugieren que Borges prefiguró la existencia de internet con La Biblioteca de Babel, aunque esto sea discutible. No son pocos los casos en los que escritores no científicos adelantan con precisa verosimilitud el futuro. Y sin practicar un solo experimento. No, al menos, fuera de sus cabezas.
Mientras lee estas líneas, miles de personas están escribiendo páginas de nuestra historia o retratando nuestra era a través de fotos, de blogs o micro-blogs, de páginas personales o de enlaces a cualquiera de las opciones anteriores. Incluso estas mismas líneas han entrado a formar parte de la masa de un inmenso contenedor de información de origen digital que sólo existe en la red, pero ¿qué sucederá en el futuro con todos estos datos? ¿Dónde se quedan las palabras que volcamos a un blog una vez lo abandonamos?
Szászdi coordinó el reciente Simposio Internacional de Historia Comunera en Villalar de los comuneros (Valladolid), un lugar importante dentro de la historia de este movimiento popular, ya que allí, el 23 de abril de 1521 las tropas imperiales masacraron a las comuneras, decapitando a sus líderes.
El método de revisión por pares es, a día de hoy, la única forma de que una publicación sea validada en una revista científica. Pero el prestigio y la fiabilidad de la revisión flaquean en ocasiones, y cuando lo hacen, trabajos demenciales como el del surcoreano Hwang Woo-Suk y su clonación de embriones humanos son portada de Nature o Science.