En el nuevo intento por acordar un tratado global sobre la contaminación por plásticos, las reuniones bajo el paraguas de la ONU volvieron a terminar sin un consenso. Auxiliadora Prieto, coordinadora de la plataforma SusPlast del CSIC sobre plásticos sostenibles, cree que el acuerdo es “ambicioso”, pero debe insistir en incluir medidas desde la producción hasta el diseño y el uso del material.
La producción de este material libera microplásticos y sustancias químicas que impactan en la salud de las personas y el medioambiente. Según publica un grupo de expertos en The Lancet, esta amenaza no está reconocida lo suficiente e instan a elaborar un pacto internacional para controlar fabricación.
Los microplásticos están en casi todas partes, también en la sal de nuestras cocinas. Según un estudio, llegan a las salinas desde mares y ríos contaminados, y a través del aire. Los efectos en la salud de estas sustancias van desde afectar al correcto funcionamiento de procesos fisiológicos a ser vectores para microorganismos patógenos.
Un nuevo estudio revela la existencia de partículas de plástico en fluidos reproductivos tanto de hombres como de mujeres. Su hallazgo plantea cuestiones sobre las amenazas potenciales que pueden tener estos polímeros en la salud reproductiva.
Interactiva y de acceso abierto, FCMiNo dashboard recopila el origen de estos polímeros en los alimentos. Abrir una botella de agua, cortar sobre una tabla de plástico o calentar comida en un táper son algunos de los gestos comunes que, según este trabajo, pueden liberar partículas plásticas que acaban en nuestra comida.
La goma de mascar de las marcas más populares se basa en un material sintético derivado del petróleo que se utiliza también para fabricar neumáticos. Es una fuente de grandes cantidades de polución plástica que apenas ha recibido atención, pero que no se recicla, ensucia las ciudades y contamina el medio ambiente.
Un nuevo método combina inteligencia artificial generativa y técnicas cuánticas para diseñar secuencias de aminoácidos capaces de adherirse a distintos plásticos. El objetivo del nuevo estudio es desarrollar tecnologías basadas en péptidos que ayuden a encontrar, capturar y destruir estas partículas microscópicas que contaminan los ecosistemas y dañan la salud humana.
La industria textil se erige como una de las mayores fuentes de estas partículas. A través del lavado de tejidos sintéticos, contaminan océanos y suelos y afectan a sus organismos. Además, se meten en la cadena alimentaria y pueden ingerirse a través del pescado y el marisco.
Desde que fueron identificados por primera vez en el intestino y las heces, los científicos han hallado microplásticos en cada rincón de nuestro cuerpo. El último ha sido el cerebro. Sin embargo, todavía no están claras las consecuencias de esta acumulación para nuestra salud.
Cada año se vierten al medio natural millones de toneladas de fragmentos de plástico, una polución que se ha extendido por todo el planeta. Pero con miles de estudios publicados, los científicos aún están investigando cuáles son los efectos concretos de la contaminación microplástica en el medio ambiente.