Un informe publicado por Naciones Unidas muestra que 733 millones de personas, equivalentes al 9,1 % de la población mundial, están afectadas. Aunque esta cifra se ha mantenido estable en los últimos tres años, sigue por encima de la registrada antes de la pandemia y representa un aumento de 152 millones desde 2019.
Ni la piel se acostumbra al sol, ni tomar betacarotenos evita usar fotoprotección. Exponerse al sol sin estas cremas envejece la piel, favorece la aparición de manchas y, lo que es peor, daña el ADN, con el riesgo de desarrollar cáncer incluso años después. Ojo, ni siquiera ellas evitan por completo el peligro.
Vigila a los niños cuando hay agua cerca, usa el chaleco salvavidas en las actividades náuticas, báñate en playas vigiladas, respeta las banderas del mar y, si ves a alguien que se ahoga, alerta a los socorristas y arroja material de flotación. Son las recomendaciones que recuerda la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) en el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos.
En España, siete de cada diez familias desperdician comida de manera habitual, en especial las que tienen hijos. Un estudio relaciona este grave problema social con las características socioeconómicas de la unidad familiar.
Un estudio realizado en ocho países europeos revela un vínculo sólido entre la exposición a parques y jardines en la primera infancia y una mejor función respiratoria. El metaanálisis destaca la importancia de integrar estas zonas en entornos urbanos para optimizar la salud respiratoria de niños y niñas.
Los expertos piden no restarle importancia al SARS-CoV-2, ya que la tasa de mortalidad de personas hospitalizadas sigue duplicando a la de la gripe.
Al detectar la afección en neonatos, este test podría mejorar de forma significativa el tratamiento temprano en zonas endémicas. El 20 % de los nuevos casos se deben a la transmisión vertical o congénita, cuando la madre infectada pasa el parásito a su bebé durante el embarazo.
El nuevo informe de la institución sanitaria señala que 2,6 millones de fallecimientos anuales se deben al consumo de esta sustancia, cifra que representa el 4,7 % del total. En el caso de las drogas psicoactivas, los decesos se sitúan en 0,6 millones.
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona examina el impacto de esta sustancia en más de mil bebés de cinco países. Los datos señalan la bajada de peso o el menor perímetro cefálico como principales efectos en los neonatos.